Hace 12 años San Martín le ganó a River Plate
De San Pablo hacia el mundo "A"
El "Ratón" Ibáñez jugó su mejor partido en lo que va del torneo, y fue clave para el triunfo del "santo" sobre River. Por Leo Noli, Redacción LA GACETA.
22 Sep 2008
SE CORTO EL MALEFICIO. Ibáñez emprende el camino triunfal tras convertir su primera conquista con la camiseta de San Martín, en Primera. “Ratón” jugó su mejor partido del torneo.LA GACETA / ENRIQUE GALINDEZ
En San Pablo es ídolo absoluto. En La Ciudadela, ni hablar. Fueron muchas la horas de batalla en distintas categorías para que Gustavo Ibáñez se erija en uno de los últimos grandes que viste la camiseta de San Martín. "Ratón" comenzó su incursión por la escalera de la fama en la Liga Tucumana. Superó obstáculos junto al resto de sus compañeros, todos comandados por Carlos Roldán, y llegó a la "A" del fútbol criollo. La división de elite del fútbol nacional.
El inicio en esta segunda experiencia de Primera para Ibáñez -antes jugó para Quilmes- no había sido lo que a él le hubiese gustado. Por momentos desencajado, fuera de foco y sin el vértigo de aquellas gambetas que lo habían hecho figura en cuanto estadio pisó, muchos pensaron que el ídolo de San Pablo estaba en su ocaso deportivo. Que llegaba su final.
Como suele suceder en el deporte más lindo del planeta, los sabiondos de siempre fallaron en el pálpito. "Ratón" fue el más atorrante de los 22 soldados de ayer y, gracias a ese toque especial en su juego, se convirtió en la figura rutilante del "santo" frente a un desdibujado River. Sí, el "millonario", dueño de varias copas nacionales e internacionales, fue una sombra ante un equipo con apodo de "Cenicienta", que ayer fue el príncipe azul en Bolívar y Pellegrini. Ibáñez iba y volvía. Su meta era el arco de Juan Marcelo Ojeda, aunque sus repiqueteos no perforaban los pies de los marcadores de turno. Hasta que Turdó cedió a Pérez una bocha de gol, que rompió el parante izquierdo del golero, tras una palomita del colorado, e Ibáñez convirtió cómodo el primer tanto del equipo, el primero en de su cuenta personal con el "santo".
En ese preciso instante, Gustavo elevó su festejo hacia el horizonte -quizás el de San Pablo- y todo cambió para él. La magia, tan importante en varios momentos decisivos, regresó como un acto reflejo. Ni Pérez, ni Ponzio, ni Ahumada, ni nadie. Ibáñez desató un festival de vértigo. Fue la mejor forma de recibirse de grande. Y en Primera.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario